Nuestra Solución
Como Nueva Energía orientamos nuestro estudio y trabajo al desarrollo de una nueva fuente de energía llamada Biogás la cual es de carácter renovable, limpia, amigable con el medio ambiente y accesible para todas las personas.
¿Qué es el Biogás?
El Biogás es el gas combustible, generado por las reacciones naturales de biodegradación de materia orgánica llevadas a cabo por distintos microorganismos, cuando estas ocurren en un ambiente anaeróbico, es decir, sin oxígeno.
Este proceso ocurre actualmente de manera no controlada en cualquier situación en la que los residuos orgánicos estén en descomposición, como ocurre en los vertederos de residuos sólidos, algunos sistemas de almacenamiento de estiércol de ganado y ciertos sistemas agroindustriales para el tratamiento de aguas residuales.
El metano es uno de los gases que produce mayor efecto invernadero, 22 veces más potente que el dióxido de carbono, representando el 14% de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial. Es por ello que al realizar este proceso de manera contenida y aprovechando el gas metano que en él inevitablemente se produce, podemos reducir significativamente su impacto sobre el medioambiente.
Además, el tipo y tamaño de las plantas de Biogás utilizadas es enormemente versátil, por lo que se pueden llevar a cabo a pequeña o gran escala, así como también son sumamente diversas las fuentes de biomasa que pueden usarse para producir Biogás. Sumado a ello, los residuos de la producción de Biogás son un excelente fertilizante que puede ser utilizado para mejorar el rendimiento de la producción agrícola.
Biodigestor
Un biodigestor es un contenedor cerrado, hermético e impermeable donde se producen reacciones anaeróbicas, es decir, sin oxígeno, en el que se degrada la materia orgánica disuelta en un medio acuoso, todo esto gracias a la acción de bacterias provenientes de la carne en descomposición o excremento de rumiantes, avícolas y/o humanos. Como resultado se obtiene metano y dióxido de carbono, trazas de hidrógeno y sulfídrico, además de un excelente fertilizante proveniente de los residuos generados tras todo el proceso.
El funcionamiento de un biodigestor se ve directamente afectado por la temperatura exterior, siendo esta la que condiciona el tiempo de retención necesario para que las bacterias puedan digerir la materia. En ambientes de 30°C se requieren unos 10 días aproximadamente, a 20°C unos 25 y en el altiplano, con invernadero, la temperatura de trabajo es de unos 10°C de media, y se requieren 55 días de tiempo de retención aproximadamente. Es por ello que para lograr resultados “estables” es recomendable enterrar el biodigestor para así conservar una temperatura de 18 grados celsius aproximadamente. A su vez, debe existir un constante monitoreo en los índices de pH ya que existe una estrecha relación entre éste y un óptimo funcionamiento, siendo un medio ácido algo perjudicial para el biodigestor, es por ello que se debe evitar incorporar materia orgánica de carácter cítrico.
Existen diversos modelos y materiales para implementar un biodigestor, de igual manera la escala y tamaño es sumamente versátil, todo esto dependerá del uso que se le quiera dar.